Las tan anheladas vacaciones sin duda son la mejor manera de comenzar el año. El entrar a un estado de relajo pleno, nos hace poner en práctica el tan escuchado “recarga energías”. Tu cuerpo te pedirá esas horas de descanso, que durante el año por distintas razones, no le has podido entregar.
El no tener nuestra mente ocupada en nuestros quehaceres diarios, hace que entremos en un estado de descanso pleno, sintiéndote en ocasiones un poco más lento de lo normal. El agitado ritmo de vida que llevamos durante el año, es raro hacer todo más tranquilo y pausado. Disfruta de esta sensación y toma medidas para que esta sea duradera y no solo en vacaciones.
Uno de los distractores que nos acompaña en esta estación del año al momento de dormir es la sensación de “dormir sofocado”. La temperatura ideal de una habitación no debiera sobrepasar los 20° – 22° para que tengas un sueño reparador. Sentir una variación de la temperatura en tu cuerpo produce despertares a mitad de noche o sueños más ligeros por la constante vigilia.
Según la Organización Mundial de Salud, afirma que las personas sufren esta transición de alta temperatura, presentando problemas para dormir y permanecer dormido.
Adultos vs niños
El verano es sinónimo de vacaciones y para los adultos es la temporada ideal para poner en práctica el auto-cuidado y ganas de disfrutar de las cosas simples. En cambio para los niños es todo lo contrario. Ellos quieren disfrutar y hacer que el día dure lo más posible, jugando hasta altas horas de la noche. Es por eso que te aconsejamos:
- Mantener rutinas; si bien no tan rígidas como en época escolar, que sea una hora constante, explicándoles que es para que al próximo día puedan disfrutar de mejor manera el día, intentando no cambiar mucho a su hora normal durante el año, para que luego la vuelta de vacaciones no sea tan drástica. Un niño cansado tiende a portarse mal (como adulto también debes intentar hacer lo mismo).
- Calmar la ansiedad; el viaje o la salida tan esperada a la playa, río o montaña, sin dudas que les genera un poco de ansiedad a tus niños al querer que ya sea el día. Si bien su motivación es interminable, es necesario que prestes atención a las primeras noches mientras se adaptan al nuevo horario de donde se encuentren.
- Hazlos sentir cómodos; el cambiar de cama almohada, etc, afecta en los niños. Ayudalos a que noten este cambio haciendo que se agoten sus energías durante el día y que en la noche solo se concentren en querer dormir. Puedes intentar llevando su propia almohada al destino que vayan si ves que en repetidas ocasiones y así le recordará una sensación parecida a la que siente cuando duerme en casa.
- Comer a las horas; ya que nuestras comidas son muy variadas, tendiendo a comer hasta altas horas de la noche o más “chucherías”, helados, palmeritas, etc y sabemos que los productos altos en azúcares son alimentos que estimulan nuestra actividad, por lo que tendremos problemas al momento de querer conciliar el sueño. Intenta no consumirlos posterior a las 8 pm.
Aprovecha el verano, manteniendo algunas conductas diarias y así no se haga tan pesada la vuelta a clases o al trabajo.
Las siestas se vuelven un aliado estos días
Durante el año no acostumbramos a tomar siestas durante la semana, y en vacaciones entramos en tal estado de relajo que podemos darnos ese lujo. Recuerda no tomar siestas de más de media hora, ya que según la Fundación Nacional del Sueño de EE.UU. recomienda una siesta de 20 a 30 minutos para que luego no afecte a tu sueño en la noche.
El tomar siestas muy largas retrasa tu sueño en la noche, si ya tienes problemas para conciliar en las horas que debes dormir, incrementará tu insomnio. Si trasnochaste mucho la noche anterior, no será suficiente una siesta corta ya que necesitas reponer más hora de sueño, pero si funciona en aquellos que han conciliado el sueño normalmente.
Si excedes el tiempo recomendado lo más seguro es que obtengas efectos negativos o te sientas algo aturdido al despertar, por lo que te recomendamos activar una alarma para terminar tu siesta y luego de almorzar, ya que es el momento donde sientes una baja de energía al estar satisfecho.
Aprovecha las vacaciones para dormir siestas reparadoras y así disfrutar al máximo.