Existen varias razones por las cuales las personas no pueden conciliar el sueño. Estrés, insomnio, entre otros.
Muchas veces se está cansado pero es difícil poder realmente dormir y descansar. Alternativas como desconectarse de aparatos electrónicos minutos antes de dormir, tener poca luz en la habitación o bien, beber una infusión de hierbas para relajarse, son alternativas que no a todas las personas les resulta.
Los beneficios de la meditación
La meditación es una herramienta que involucra tanto a la mente como al cuerpo y que se practica en distintos lugares del mundo hace miles de años.
Este ejercicio, busca que a través de la relajación y la respiración, llegar a un estado de conciencia y tranquilidad sobre nuestros pensamientos y emociones (sí, aquellas cosas que pasan por la cabeza de los individuos y que no los deja descansar o dormir).
La meditación tiene como objetivo llegar a una concentración enfocada, en este caso, hacia su respiración (inhalación y exhalación). A medida que la meditación se practica de manera constante, se obtienen beneficios como:
Mejora la calidad del sueño.
Disminución de los niveles de estrés.
Alivia dolores menstruales y dolores relacionados al colon.
Reduce los niveles de ansiedad.
Mejora la memoria.
Reduce la presión sanguínea y la ayuda a nivelar.
Ayuda a desarrollar la inteligencia emocional y la conciencia personal.
Estos beneficios se darán a largo plazo, ya que la meditación es un ejercicio personal que se debe realizar de manera constante.
No es fácil llegar a un nivel constante de meditación. Al comienzo es complicado mantener la concentración en un solo objetivo, ya que durante el día y también, durante el sueño, la cabeza está relacionando constantemente pensamientos, emociones y sentimientos, pero
¡Tranquilo! La práctica y la paciencia, son aliados de la meditación.
¿Cómo comienzo a meditar?
Busca un espacio cómodo y silencioso en tu hogar. Siéntate idealmente sobre una base cómoda (como un mat de yoga).
Pon tu espalda recta, cruza tus piernas y apoya tus manos sobre las rodillas. Si tienes dolor de espalda, es recomendable que te apoyes sobre una pared lisa.
Puedes buscar clases de meditación en Youtube o redes sociales para guiarte por una voz. También puedes colocar música ambiental que te relaje.
Cierra tus ojos, relájate e intenta llevar tu concentración exclusivamente a tu respiración. Concéntrate en cómo el aire entra y sale de tu cuerpo. Debes respirar (inhalar y exhalar) por la nariz.
Si un pensamiento cruza tu cabeza, es normal. Deja que ese pensamiento pase y continúa concentrándote en tu respiración.
Haz este ejercicio por unos cinco minutos diarios todas las noches y a medida que pase el tiempo, aumenta los minutos de meditación.
Conocido por practicarse en países como la India, la meditación es un ejercicio personal que te ayudará a combatir ciertos pensamientos que no te dejan dormir y descansar por las noches.
¡Comienza a practicarlo y cuéntanos sus resultados!
¿Tienes problemas para conciliar el sueño? ¿Te despiertas en la mitad de la noche y no puedes continuar durmiendo? Quizás la lavanda sea una buena opción para poder descansar.
Algunas plantas, como la lavanda, tienen efectos relajantes y calmantes, lo que ayuda a mejorar la calidad del sueño. Además ayuda a combatir y reducir los niveles de estrés. Cuenta también con otros beneficios como, la regeneración de células, efectos cicatrizantes y antiinflamatorios.
En la medicina popular esta flor se consumía por vía oral, para combatir trastornos nerviosos, como el insomnio y la fatiga.
Esta planta de origen persa, hoy se encuentra en abundancia en el sur de Francia y es conocida por haber sido utilizada en culturas como la egipcia, debido a sus impactos terapéuticos, razón por la cual se sigue usando hoy.
¿Cómo puedo consumirla?
Puedes consumirla en formato de infusión o té. De esta manera ayudarás a disminuir síntomas como el estrés, la ansiedad y el insomnio. Se recomienda beber la lavanda con otras hierbas como menta o melisa, o también con cáscaras de naranja.
Otra opción es la miel. Hoy en día podemos encontrar gran variedad de mieles saborizadas y una de ellas es la miel de lavanda. Se puede consumir en tés, cafés, infusiones e incluso para recetas de alimentos dulces.
Otra idea para consumir la lavanda durante estos días de verano, es por medio del helado. Así es, el helado de lavanda, conocido por su color púrpura, también posee resultados relajantes en quienes la consumen. Se puede encontrar en heladerías populares o bien, se puede preparar en casa.
Uso externo
Una buena manera de usarla es a través del hidrolato de lavanda (en formato spray) y así aromatizar tus cojines y sábanas antes de dormir, utilizando sus propiedades terapéuticas.
Darte un baño relajante puede ser de las mejores cosas en momentos de cansancio y estrés. Puedes hacer una tina con lavanda y sumergirte en un momento relajante. Si te es difícil conseguir esta flor, puedes comprar bombas o espumas de baño que la contengan .
El aceite esencial puede ser una gran forma de utilizar la lavanda. Puedes colocar dos gotitas de aceite directamente en tu almohada o en partes de tu cuerpo como, muñecas, cien o detrás de las orejas. Su aroma te hará sentir muy tranquilo y te ayudará a conciliar el sueño.
Cremas nocturnas de lavanda. Se recomienda usarla después de una ducha por la noche o simplemente antes de ponerte pijama. Sus efectos calmantes harán efecto de inmediato.
Son muchos los beneficios y a su vez, muchas las formas en las que esta flor se puede consumir ¿Cuál es tu favorita?
Prueba la lavanda, duerme, descansa y ten dulces sueños.
Dormir y descansar es una necesidad biológica, pues el sueño nos permite restablecer las funciones fisio-psicológicas. Sin embargo, hay personas que no duermen lo suficiente dado que sufren de trastornos del sueño o sencillamente dificultad para dormirse.
Es por esto que algunos deciden consumir una sustancia natural llamada melatonina pues sincroniza el reloj biológico, es decir, el del sueño/vigilia. Pero hay que recordar que esta es una hormona que nuestro organismo produce naturalmente y cuya producción y secreción se puede estimular.
Dicho esto, hay que entender que la melatonina sólo se activa cuando no hay estímulos luminosos. Sus niveles naturales en la sangre son más altos por la noche, por lo que a medida que se termina el día, es necesario relajarse y evitar las interferencias que puedan afectar su producción.
A continuación te contamos qué es la melatonina, cómo funciona, qué hacer para fomentar su producción y cuáles alimentos la contienen.
¿Qué es la melatonina?
Es una hormona natural que produce nuestro organismo, específicamente un área del cerebro llamada glándula pineal.
Su principal función es regular el ciclo circadiano, mejor conocido como el reloj biológico, adaptándolo a un período de 24 horas. De manera que restaura, no solamente el ritmo del sueño, sino el resto de otros ritmos circadianos.
En otras palabras, hace que nuestros ritmos biológicos funcionen correctamente, mejorando la calidad del sueño y promoviendo el buen funcionamiento del organismo. Además actúa como antioxidante.
La hormona de la oscuridad
La producción y liberación de melatonina en el cerebro se relaciona con la hora del día, pues la luz causa que la retina del ojo envíe impulsos continuos a la glándula pineal, deteniendo la producción de melatonina.
Pero a medida que comienza a oscurecer y los impulsos de luz que se envían al cerebro comienzan a disminuir, la glándula pineal comienza a secretar melatonina, la cual induce al sueño.
De esta manera, como la glándula pineal se ve estimulada con la oscuridad, se produce melatonina en el cuerpo cuando es de noche. Esta producción incita a la persona a dormir, y según se va percibiendo más luz, la cantidad de producción de esta hormona va disminuyendo, haciendo que se vaya progresivamente despertando.
¿Cuándo es indicado consumirla?
A medida que envejecemos, como ocurre con otras hormonas, decrece la producción de melatonina, por lo que hay quienes la consumen cuando comienzan a tener dificultades para conciliar el sueño.
También algunos medicamentos como los antibloqueantes, hipnóticos o ansiolíticos son causantes de una menor producción.
Otras razones para consumirla es debido a trastornos del sueño como lo pueden ser el:
Insomnio
Jet lag (desfase de horario)
Trastorno de la fase retrasada del sueño (personas que se despiertan y duermen con horarios coherentes pero retrasados).
Ajuste de ciclo sueño-vigilia (en quienes trabajan en horarios nocturnos).
Si bien la melatonina se vende como ayuda auxiliar para dormir y no necesita receta médica, se recomienda acudir a un neurólogo o especialista en trastornos del sueño, para que determine la dosis adecuada, pudiendo ser de 1mg a 5 mg de melatonina, por lo menos 1 hora antes de dormir o de acuerdo a la indicación del médico.
Se puede comprar como un suplemento alimentario tanto en farmacias como tiendas naturistas.
¿Cómo fomentar la producción de melatonina?
Para favorecer el proceso de producción de la melatonina se requiere evitar el estrés y estar relajado y tranquilo. Antes de ir a dormir, es aconsejable consumir alimentos o bebidas calientes. No así, bebidas energéticas, cafeína, drogas, tabaco y alcohol.
En suma, lo ideal es dormir en plena oscuridad . La luz visible y brillante durante la noche estimula el sistema nervioso y suprime rápidamente la secreción de melatonina.
Además es recomendable quitar todos los estímulos, como lo son los celulares, tablets, televisores, en otras palabras, las pantallas.
¿Qué alimentos son altos en melatonina?
Algunos cereales como el arroz (sobre todo el integral), la avena y el maíz dulce son alimentos que contienen bastantes niveles de melatonina por gramo.
En suma, otros alimentos que también aportan melatonina son:
Nueces y frutos secos
Semillas secas de algunas frutas y hortalizas
Jengibre
Plátano
Tomate
Cerezas
Espárragos (contienen ácido fólico y vitamina C, elementos necesarios para la absorción de triptófano, aminoácido esencial para conciliar el sueño).
Estamos al tanto de que en el último período hemos estado pasando por tiempos muy difíciles a nivel global. La propagación del virus covid-19 no sólo nos ha impulsado a mantenernos siempre informados y actualizados a nuevas noticias, también nos ha obligado como sociedad a reformar y adaptar nuestros estilos de vida para poder mantenernos siempre protegidos, como mantener los zapatos en la puerta de la casa al llegar y sustituir el saludo de beso por un movimiento de la mano a por lo menos 1 metro de distancia.
Todos estos cambios repentinos a costumbres habituales de nuestro día a día, en cosas tan esenciales como es el salir de casa o saludar a otro, ha generado que muchos respondan a esta realidad con miedo, incertidumbre o incluso angustia, volviéndose más agotadora la rutina del diario vivir.
Sin embargo es esencial recordar que estos sentimientos no son sólo experimentados por adultos. Bebés y niños no son ajenos a éstos y pueden verse igualmente afectados por la inestabilidad del cambio.
Como ayuda y orientación a los padres en este complejo escenario es que quisimos realizar esta guía que les informará cómo detectar la ansiedad en sus hijos, de qué forma actuar y con qué palabras dirigirse a ellos. ¡Aprendamos juntos!
¿Cómo sé que mi hijo/a tiene ansiedad?
Primero lo más importante: ¿Qué es la ansiedad? Se entiende como una alteración de la mente en la cual se percibe la presencia de un peligro que es inexistente, o que si bien en este caso pudiese existir, no está directamente presente ante nosotros.
Es importante que hagamos una distinción entre la ansiedad y la angustia. Como se describió anteriormente, la ansiedad se refiere a la percepción de una falsa amenaza dentro de la cual entra la experimentación de angustia, siendo ésta última la sensación física de la suma de ideas producidas por los temores que puede provocarnos la situación actual.
Quizás en algunas ocasiones no es muy fácil dar de inmediato con las primeras señales de ansiedad, puesto que algunos síntomas no son tan notorios como otros y cada niño puede reaccionar de manera distinta.
Empero, hay ciertas características claves que debes reconocer en este tipo de situaciones que te ayudará a identificar la ansiedad de mejor forma. Conoce algunos síntomas:
Nerviosismo (taquicardia): el síntoma principal es la pérdida de ritmo pausado del latido del corazón. Al no saber por qué pasa esto el niño puede asustarse y el miedo en consecuencia podría empeorar su estado ansioso.
Dificultad al respirar: Efecto de lo primero, a los niños pequeños les cuesta más mantener su respiración pausada.
Tensión muscular.
Dolor de estómago.
Dificultad para concentrarse.
Sudoración excesiva.
Pensamientos negativos.
Ataques de hambre e impulsividad.
Tics nerviosos: tirarse el pelo, morderse los dedos o las uñas, etc.
Llora o se enfada por cualquier cosa.
Se vuelve más callado y se aísla negándose a comunicarse.
Tiene conductas agresivas o estallidos de ira al estar en un estado de irritabilidad (berrinches).
Preocupación excesiva por cosas triviales.
Problemas de autoestima y confianza en sí mismo.
Es bueno poder familiarizarse con estas conductas y estar pendiente del estado de los más pequeños. ¡No olvides siempre acompañarlos en este momento de cambios! Es cuando más te necesitan.
¿Cómo actuar?
Ahora que sabemos identificar los episodios ansiosos en los niños, llegó la hora de actuar y manifestar que estás ahí para ellos. Sin embargo es importante saber cómo presentarte a la hora de brindarle ayuda.
La figura paternal o maternal es el pilar fundamental de un niño a la hora de crecer y desarrollarse, y todo lo que hagamos, demostremos, o digamos en presencia suya puede afectar su desarrollo, autoestima e incluso formas de reaccionar a ciertos acontecimientos.
Es importante destacar, además, que los niños son grandes imitadores a la hora de crecer. Por lo tanto, si ve a uno de sus padres comiéndose las uñas o moviendo la pierna constantemente mientras está mirando las noticias, es muy probable que tiempo después el niño replique estas conductas asociadas a dicha actividad.
Por lo mismo, y más aún en este contexto de crisis, es importante que como padres ustedes mismos mantengan la calma frente a la realidad en la que estamos inmersos. Si no logran manejar sus propias emociones, es muy poco probable que puedan contener el estado de sus hijos por mucho que estén las intenciones de solucionar las cosas de buena fe.
Los niños son sensibles a los estímulos y expresiones de los adultos que los rodean, y aunque no lo creas, incluso pequeños de 3 años son capaces de identificar cuando algo está mal aunque no se lo hayan dicho; sobre todo en este período en el que, al igual que todos, se tienen que adaptar a una nueva rutina.
Por ejemplo, no poder salir de la casa a jugar, suspender las idas al jardín o al colegio, tener que lavarse las manos más seguido, etc. Pueden parecer cambios simples para nosotros como adultos, pero para un niño que no sabe el por qué y no identifica la razón, puede significar un impacto mayor al nivel psicológico.
También sabrán identificar que algo está mal si ven repetidamente angustiados a sus padres, ya que están familiarizados con las emociones de tristeza y sus formas de manifestación como el llorar o el nerviosismo.
¿Qué hacer y qué decir?
Llegó la hora de ponerse firmes, y lo primero que debemos hacer en estos casos, es conversar con ellos.
Cuida siempre tu postura, tono de voz y expresiones. Mantente sereno, en paz y explícale la situación de lo que está ocurriendo a nivel global respecto al virus en palabras simples para que tu hijo pueda entenderte.Ten paciencia y respóndele las veces que sean necesarias todas las preguntas que puedan surgirle del cambio en su rutina y nuevos hábitos.
Cuéntales que tendrán que quedarse en casa para cuidarse del “bichito malo” que está enfermando a las personas, pero que no se te olvide enfatizar en que será temporal y que éste “bichito” se irá. Sobre todo, hazle entender de inmediato que el hecho de quedarse encerrados en casa sin salir no significa que esté castigado.
Hoy algunos niños frente al encierro han vinculado la sensación de “estar castigados” con el quedarse en casa, y por ende, ha sido gatillante para los primeros síntomas de ansiedad puesto que piensan que se portaron mal o cometieron un error, lo que en teoría, nunca pasó.
Ahora gracias a las redes sociales han salido muchos mecanismos interesantes que podrán apoyarte a la hora de hacerle la explicación en torno al covid-19. Te dejamos aquí un método entretenido de explicarle a tus hijos por qué es importante lavarse las manos y cómo es que el virus puede afectar a las personas.
A continuación, te enseñamos una lista de cosas que te ayudarán a sobrellevarlo:
Hablar con el niño de todo lo que le preocupa y cómo se siente. Permitir que se desahogue y exponga sus sentimientos pero sin forzarlo a hablar.
Actuar como modelos de conducta y afrontamiento: el “problema” no se evita, se afronta con nuevas ideas y creatividad. Por ejemplo, con el uso de guantes o mascarillas, enséñale tú primero a modo de modelo, sin forzar al niño que lo haga, para que vea que no hay peligro y que es por su bien.
Felicítalo con sus avances y aprendizajes. Por ejemplo, cuando se lave las manos sin que se lo pidan.
No ser excesivamente sobreprotector. Se ha visto que los niños que están muy sobreprotegidos por sus padres tienen frecuentemente una baja autoestima.
Actividades en casa ¿recomendable hasta qué nivel?
El encierro de todos en casa y padres en trabajos remotos definitivamente puede generar un entorno de estrés si no se está especialmente organizado y preparado en cuanto a las actividades de los niños.
Pero si bien realizar diferentes actividades para potenciar las aptitudes del niño es aconsejable y saludable, no hay que excederse ni en la cantidad de actividades a realizar ni en lo que se espera de ellas. Los niños con un exceso de actividades muestran cansancio, estrés y se sienten presionados.
Es recomendable:
No llenar la semana de actividades.
Planificar actividades gratificantes para el niño.
Las actividades deben gustar al niño, no sólo a los padres.
¿Ya te sientes más seguro y preparado para este tipo de situaciones? Esperamos ser una ayuda para todas las familias en sus casas y que todos, incluido los niños, logren el descanso y la alegría en momentos difíciles.
Y lo más importante después de todo esto, ¡no olviden disfrutar el tiempo en familia! #quedateencasa #flexencasa
Dada la contingencia de los últimos días frente al virus COVID-19 (coronavirus), una de las cosas que se ha vuelto indispensable y necesaria para la prevención del contagio ha sido la responsabilidad colectiva respecto a la higiene personal y doméstica.
¡Cuidemos nuestro entorno y a nosotros mismos! El lavarse las manos se ha vuelto prioridad y así como han salido muchos contenidos informativos respecto a la manera de lavarlas, nosotros queremos hacer hincapié en la importancia de mantener tu entorno igual de limpio y desinfectado.
¡Continúa leyendo y descubre cuáles son los pasos a seguir para evitar el contagio!
El desorden y la suciedad en tu dormitorio
Así como es muy importante desinfectar la casa de vez en cuando con una limpieza profunda y minuciosa (sobretodo si hay mucha rotación), debes también velar por el orden y la pulcritud de tu propio dormitorio.
Evita el desorden y la aglomeración de objetos. Al tener muchas cosas juntas o revueltas la limpieza puede volverse un poco más difícil y lenta, de modo tal que probablemente haya rincones y superficies que no logres asear debidamente. Así que frente a esto, es recomendable mantener tu dormitorio siempre ordenado y con las cosas precisas.
Mantén tu ropa colgada
Sabemos que hay personas a las que les cuesta un poco más mantener el orden y el cuidado de sus ropas, pero esto también es parte importante del cuidado personal.
Por ejemplo, es común que algunas personas por ahorrarse el tiempo de doblar una prenda usada (o por pereza, posiblemente), al quitársela la botan al suelo en vez de guardarla como corresponde o dejarla en el cesto de la ropa sucia.
Este tipo de hábitos deben cambiarse. Al tirar la ropa al suelo no sólo estás empeorando el orden de tu área de descanso, sino también estás permitiendo que la prenda entre en contacto con las bacterias y la suciedad que tus zapatos pueden haber traído de la calle.
¡Mantenla siempre colgada! O bien, en su respectivo cajón. Es más fácil así evitar el contacto con bacterias y de paso tratarla con cuidado.
Cómo limpiar tus sábanas o prendas
Una de las indicaciones más solicitadas por el ministerio de sanidad y la OMS ante la crisis del coronavirus es que al toser o estornudar lo hagamos en nuestro brazo o antebrazo antes que la mano u otra superficie. Por lo mismo, ¡nuestra ropa necesita estar bien desinfectada!
El agua caliente y las temperaturas altas son nuestro aliado. The Home Academy recomienda lavar ropa de cama y prendas de vestir a unos 60 grados al meterlas en la lavadora, siempre y cuando sepas que soporten tal temperatura. De ese modo nos aseguramos la desaparición de virus o bacterias.
Si éstas no soportan tantos grados o los superiores a 30º, la recomendación es añadir en el compartimento del suavizante 50 ml de vinagre, ya que ayuda a la limpieza. Aquellas que simplemente no se pueden lavar, se recomienda ventilarlas al sol y planchar con vapor.
¡Es importante no sacudir las prendas! Ya que podrían propagar el virus a otras superficies u objetos alrededor.
En cuanto a la ropa de cama y sábanas, te recomendamos que el cambio sea más constante, aproximadamente cada 3 días.
Mantén limpias las superficies de contacto habitual
Para la limpieza cotidiana también tenemos que tener presente superficies que suelen ser olvidadas a la hora de asear y que son vitales a la hora de cualquier posible contagio, dado que tienen contacto diario con las personas.
Estos son elementos como: puertas, manijas, celulares o dispositivos eléctricos, la superficie de tu cómoda y controles, entre los principales.
Puedes utilizar un paño con alcohol desinfectante o bien productos que tengan anti-bacterial entre sus características. En caso de que el supermercado no tenga alguno de los productos que necesitas, hay alternativas como por ejemplo las toallitas de bebé, en cuya composición también hay alcohol. Fíjate siempre en lo que dice el envase y cerciórate de que aparezca entre sus ingredientes.
En caso de convivir con una persona enferma
En las recomendaciones no se excluye todo lo anteriormente mencionado, sin embargo sí se deben tomar medidas más drásticas y preventivas como las siguientes:
Dejar una habitación a la persona enferma de la que sólo él/ella haga uso.
Evitar compartir el baño.
Mantener 1 metro de distancia en las áreas comunes.
Ventilar el dormitorio por lo menos 10 minutos al día.
En caso de que la persona deje el dormitorio hacer uso de mascarilla y el lavado de manos correctamente por los 20 segundos haciendo uso de agua y jabón.
Seamos responsables e informémonos correctamente sobre las medidas higiénicas que nos estarán ayudando a prevenir el contagio.
Continuemos con nuestra vida cotidiana en la comodidad de nuestro hogar de la mejor manera y ayudemos a otros a estar preparados compartiendo este tipo de contenido en nuestras redes. ¡Sigue estos pasos y quédate en casa!
Cerremos los ojos un momento y recordemos ese último paraíso que nos abrazó en estas vacaciones. ¿Fue el regreso a tu hogar y a la comodidad de tu pieza? ¿Fue un viaje al otro lado del mundo? ¿Fue una escapada a la playa o una travesía hacia el último punto de una montaña que anhelabas escalar hace tiempo?
Cualquiera haya sido tu experiencia, qué agradable sensación la de soñar despierto y traer de vuelta el cosquilleo de la arena entre las manos o el sonido de las voces con las que compartimos tardes de verano. ¡Sí! nuestro deseo es no querer que eso se vaya, y sin embargo, todos sabemos cómo funciona marzo. Por eso, hoy te guiaremos para que el miedo de “volver a la rutina” no se convierta en un dolor de cabeza.
Adelántate al “gran día”
Sí, todos sabemos que hay un día en específico que nos persigue y nos cuesta acoger, especialmente, desde la noche anterior. ¿El tuyo es un lunes? ¿un martes? ¿un jueves? No importa, el ciclo es el mismo.
En un dos por tres estás abriendo los ojos y quien te saluda no es el rayo de sol que se colaba por tu ventana en las vacaciones de verano, si no los mails, las reuniones, las clases y probablemente tus hijos todavía a medio vestirse para ir al colegio con algo de retraso. ¡Que esa primera madrugada no te derrote! ¿Nuestro consejo? Adelántate a ella.
Para una buena mañana se necesita una reconfortante noche previa. ¡Organízate! Planea la noche y el comienzo de tu “gran día” iniciando desde el día anterior como mínimo. Cocínate el almuerzo que quieras llevar, ordena el outfit que quieras usar (idealmente cómodo), repasa en tu cabeza los útiles o herramientas que vayas a necesitar y mantenlos en tu bolso.
¡Haz provecho de la tecnología! ¿pensar en la congestión vehicular o en el transporte público aumenta tus niveles de estrés? Hoy en día se puede calcular cuánto demoras desde tu hogar al punto escolar o de trabajo y en el horario que te interesa con aplicaciones como Google Maps o Moovit. Saca un promedio de viaje y a la mañana siguiente sal con el tiempo en tus manos, no corras.
Alivia tu carga dejando las cosas listas para el día siguiente y verás que con la práctica se volverá un hábito. ¡Y no menos importante! Procura dormir tus 7-8 horas mínimas, no sacrifiques tus energizantes horas de sueño por la serie de Netflix que iniciaste en vacaciones, de todas maneras estará ahí esperándote para cuando quieras.
Tu cuerpo escucha lo que tu mente dice ¡empodérate!
Definitivamente sabemos que controlar el estrés no es sólo tarea de una buena organización personal, también es (y en un 99%) labor de nuestra mente. Claro, quizás ya estás pensando que no es tan fácil como suena, pero he ahí el truco, la manera en que “visualizamos” esta vuelta a la rutina.
Nos acostumbramos a tomar situaciones como éstas de forma negativa. “Que lata trabajar”, “me va a costar mucho agarrar el ritmo”, “no quiero despertar temprano”, y la lista sigue. ¡Detente! Tu cuerpo escucha lo que tu mente dice y es la principal causa del por qué nos estresamos anticipadamente. Se aceleran tus pulsaciones, vives en tensión emocional, experimentas la sensación de apatía, tienes falta de apetito o bien aumento del mismo, entre otros síntomas.
Equilibra tus pensamientos y haz el ejercicio de traer al presente un buen día con afirmaciones como “terminaré mis pendientes a tiempo”, “estoy concentrado y listo para empezar”, “sé manejar el trabajo”, y así sucesivamente como una sencilla práctica para el manejo del estrés
De hecho, según estudios, una gran manera de aliviar el estrés es hablándonos a nosotros mismos en tercera persona y en voz alta. Por ejemplo, “Mira a Josefina, que abatida se ve, se nota que no ha descansado como debe, tiene que dormir lo necesario”. Psicólogos de universidades de Michigan han comprobado que al hablar de esta manera, como si fuésemos otra persona, nos distanciamos de nuestros problemas y les damos otra perspectiva que incluso puede ayudarnos a encontrar la solución que buscamos.
¡Acércate al mindfulness! ¿No sería un buen momento para iniciar nuevas prácticas? Prueba la meditación antes de dormir o en la mañana; te aconsejamos partir con meditaciones guiadas en el caso de no estar familiarizado a éstas técnicas. Hoy en día, siendo la salud mental algo tan importante, podrás fácilmente encontrar contenido en plataformas como Youtube o Spotify (“Medita Podcast” es un buen ejemplo de contenido, ¡inténtalo!).
Sé tu mejor apoyo ¡no eres un robot!
Según expertos, demoras aproximadamente 2 semanas o más (depende) en adaptarte a tu rutina después de vacaciones. ¡No te presiones! Es probable que la cantidad de trabajo que acostumbrabas a hacer durante el día antes de tu período de descanso no sea la misma que logres realizar el primer día de regreso a la vida laboral o estudiantil.
Ponte metas al día, ve incrementando de a poco tus objetivos. Si no alcanzaste a terminar un trabajo, está bien, puedes terminarlo al otro día. Pide ayuda a alguien más, haz pausas para despejar la mente. Un cambio de velocidades muy abrupto podría causarte problemas de salud u algún tipo de estrés mucho más intenso. Te invitamos a darle una mirada a los tips que tenemos para ayudarte a volver al trabajo después de las vacaciones.
Así que por último, recuerda, ¡tú eres el único que controla tu vida! Y con eso en mente, serás capaz de todo.